Decía, pues, que posteriormente de dar solución a los nunca sencillos
problemas entre sindicatos y patrones, Roosevelt se dio el tiempo de
aceptar la invitación que le hizo el gobernador de Mississippi, Andrew Longino,
para ir a cazar a aquellas tierras. En realidad, Longino quería
beneficiarse del renombre y popularidad de Roosevelt, convencido de que
esto podría ayudarle a apuntalar su reelección en la gubernatura al año
siguiente, cuando tendría que enfrentar al carismático James K. Vardaman.
De esta manera, Roosevelt puso rumbo a Mississippi y
se encontró con Longino a mediados de noviembre de 1902, para luego
trasladarse al pueblo de Onward,
30 millas al norte de Vicksburg, donde daría comienzo la caza.
Roosevelt se mostró impaciente y declaró que quería ver un oso desde el
primer día, lo que para su mala fortuna no sucedió. No obstante, al día
siguiente la comitiva de caza, conformada numerosos jinetes, reporteros,
50 perros y por el guía Holt Collier,
por fin avistaron a su presa, un viejo y gordo oso de unos 106
kilogramos, al que después de un rato de persecución por fin pudieron
acorralar tanto Collier como sus perros de caza y otros jinetes.
| Holt Collier |
El
presidente se había quedado atrás y el oso, mientras tanto, rodeado y
sin escapatoria, había emprendido una dura defensa cuyo saldo fue de
varios perros muertos y heridos. Collier quería salvar la presa para que
Roosevelt pudiera cazarla, pero también quería salvar los perros que
aún no habían caído víctimas de las zarpadas del enorme mamífero, por lo
que se limitó a propinar tremendo golpe al cráneo del animal con la
culata de su escopeta, dejándolo semiinconsciente. Collier procedió
entonces a amarrar al animal a un árbol en espera de la llegada del
presidente. Cuando por fin apareció, Collier pidió a Roosevelt que
disparará contra al animal, pero al verlo en un estado tan lamentable y
de completa indefensión, el presidente juzgo que sería “antideportivo” y
guardó su arma.
Al estar rodeado de reporteros, la acción del presidente se hizo
conocida de inmediato. Para el lunes 17 de noviembre, el conocido
caricaturista Clifford K. Berryman
hizo un dibujo en el que se mostraba la actitud compasiva de Roosevelt
ante un animal indefenso, lo que sirvió para fortalecer la posición del presidente
respecto a los posibles linchamientos de negros impulsadas por el
contendiente de Longino a la gubernatura de Mississippi, James K. Vardaman.
| "Drawing the line" Título que Clifford K. Berryman le puso al dibujo. |
La caricatura se hizo popular y un matrimonio de inmigrantes judíos
rusos (Morris and Rose Michtom) que poseía un establecimiento de venta
de dulces decidió confeccionar un Teddy’s bear y exhibirlo en su tienda. Como recibieron
diversas ofertas y el matrimonio no sabía si sería correcto vender el
muñeco sin la aprobación de Roosevelt, envió uno de los Teddy Bears al presidente preguntando si se
opondría a la comercialización del juguete. Roosevelt respondió que no
había ningún problema y que no se oponía a su comercialización, por lo
que el matrimonio Michtom inició el lucrativo negocio de venta de Teddy
Bears. Tan bien les fue, que abandonaron el negocio original de venta de
dulces y se dedicaron de lleno a la confección del popular juguete que
se mantiene vigente hasta nuestros días.
Tanta repercusión llegó a tener entonces, que Roosevelt uso el dibujo
del oso como emblema del partido republicano para las elecciones
presidenciales de 1904 (que ganó).
| Uno de los primeros Teddy Bears. |
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